Si tu deseo para el 2015 es enamorarte o seguir enamorad@ sigue leyendo
Empieza el año, y enamorarse o seguir enamorad@, es uno de los deseos más solicitados. Y es que, la mayoría de las personas, en algún momento sienten la necesidad de sentir afecto y pasión, porque cuando lo estamos viviendo nos sentimos pletóricos y cuando no lo tenemos lo anhelamos.
Las personas se enamoran, algunas lo han hecho una vez en su vida y siguen amando a la misma persona durante mucho tiempo, otras se han enamorado en múltiples ocasiones, el sentimiento dura un tiempo, pasa y se vuelven a enamorar, y otras, las menos, nunca se han enamorado. Pero todas las personas tenemos la capacidad de enamorarnos, aunque el miedo, la baja autoestima, el pesimismo… pueden impedir conseguirlo.
Enamorarse y amar produce un vínculo afectivo-sentimental-sexual que enriquece la vida. Nos ayuda a relativizar, a compartir, a disfrutar, a gestionar, a conocernos mejor, en definitiva: a vivir.
Cuando pensamos sobre el enamoramiento y el amor, nos seguimos planteando muchas preguntas, preguntas que han estado presentes y lo siguen estando en muchas conversaciones y reflexiones humanas.
¿Existe una razón para enamorarse? ¿Los hombres y las mujeres se enamoran de forma diferente? ¿Cuál es el secreto para seguir enamorad@?
Para intentar responder a estas preguntas, nos fijamos en lo que nos explican los teóricos:
Nos dicen que el enamoramiento se produce cuando en un momento determinado confluyen tres variables: La necesidad de afecto, la idealización del sujeto amoroso y que el sentimiento sea recíproco. Queremos tener a esa persona cerca, poder tocarla, interaccionar, y para ello ha de ser recíproco, si no es así estaríamos ante “un amor platónico”. La idealización de la persona, la admiración, la atribución de cualidades positivas son elementos presentes en el enamoramiento.
Que las personas se enamoran de manera diferente según las etapas de la vida en la que se hallan y las circunstancias por las que pasan. Pero, salvo en raras excepciones, el enamoramiento es un estado deseado.
Hablar de enamoramiento es hablar de atracción. Cuando conocemos a alguien y nos sentimos atraídos, se ponen en marcha en nuestro cuerpo una serie de mecanismos que tienen que ver con la seducción: el tono de la voz, la mirada, el acercamiento corporal. Mecanismos de seducción universales pero que cada uno de nosotros adereza de manera particular.
Cómo he comentado anteriormente todas las personas tenemos la capacidad de enamorar y enamorarnos, normalmente nos enamoramos de alguien cercano, al que se conoce, que forma parte o ha entrado a formar parte de nuestro círculo social, que tienen objetivos cultura y nivel socioeconómico similar. Nos gustan y solemos enamorarnos de personas muy parecidas a nosotros en lo esencial.
Sabemos que es diferente el enamoramiento que el amor. Después de esa etapa de enamoramiento inicial se puede romper el vínculo o convertirse en amor.
El amor es un vínculo afectivo- sexual más profundo, se conoce más a la otra persona, se admira y se acepta lo diferente, se empieza a construir un proyecto futuro en común, y además de la pasión, aumenta la intimidad emocional entre los dos.
Diferenciar entre hombres y mujeres, es algo que cada vez está más cuestionado, la diferencia, que no la desigualdad, está básicamente en la genética y en las hormonas, pero estas diferencias parecen ser cada vez menos importantes. Nos parecemos, y mucho, incluso en la manera de expresar sentimientos, afectos, emociones.
Y respecto a la clave del éxito amoroso, seguramente es más fácil de lo que se piensa, se podría resumir en “seguir seduciendo a la pareja”.
Entendiendo la seducción, como la capacidad de despertar y mantener el interés del otro hacia nosotros, y que la otra persona despierte el nuestro.
Tener algo que decir, mostrarnos cómo somos, pero respetando.
Ser optimista, el optimismo es un gran motor de seducción. A todos nos gusta pensar que los sueños son posibles, que los cambios pueden aparecer en el momento más insospechados.
Querer compartir y tener habilidades para la gestión de los conflictos.
Las buenas relaciones nos llenan de satisfacción, nos dan tranquilidad incluso en la ausencia.
Las buenas relaciones son para disfrutarlas y las malas para terminarlas.
Os deseo que en el año 2015 encontréis lo que buscáis.
Las buenas relaciones son para disfrutarlas, las malas para terminarlas!
Excelente definición, pero, en realidad sabemos identificarlas sabiamente? Se logra ver la delgada línea que separa tener una mala relación, de no querer salir de la zona de confort?