Sexo y deporte

 

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photo credit: Two tennis balls out of their plastic tube via photopin (license)

Deporte y sexo, sexo y deporte, ¿cuantas veces se ha escrito y preguntado por este binomio?

Aparentemente el deporte es salud, también la satisfacción sexual mejora la salud de las persones.

Lo hemos hablado en muchas ocasiones, pero creo que siempre es importante recordarlo, ya que al volverlo a leer, es cómo si lo interiorizáramos de nuevo.  La sexualidad es una parte fundamental de las personas, esencial para el bienestar, y está condicionada por múltiples factores de características biológicas, psicológicas y sociales. Las esferas biológica y psicológica son muy importantes para la vivencia de la sexualidad. En este sentido, practicar deporte es deseable para mantener una vida sexual activa y plena porque contribuye a mantener sanos nuestro cuerpo y nuestra mente.

Si se mantiene  el cuerpo sano y en forma mejora la resistencia ante los esfuerzos y también  la flexibilidad. El sexo es más que movimiento, pero también es movimiento.

A nivel psicológico, el ejercicio físico ayuda a controlar el estrés al liberar neurotransmisores como la serotonina, dopamina y noradrenalina y endorfinas, que forman parte del sistema fisiológico de recompensa.

La actividad física genera una acción analgésica y calmante que hace que las personas se sientan mejor y con mejor estado de ánimo, lo que predispone hacia la actividad sexual.

El deporte nos hace sentirnos mejor con nosotros mismos y físicamente más atractivos, sabemos la importancia de la aceptación del cuerpo en la actividad sexual.

Hacer ejercicio también implica ser más proactivos en tener estilos de vida saludables, se suele cuidar la alimentación, el sueño…

El ejercicio físico habitual también disminuye la aparición de enfermedades que alteran  directamente la respuesta sexual, es el caso de la hipertensión, diabetes o los problemas con el colesterol o los triglicéridos. Estas enfermedades alteran la respuesta sexual de Hombres y mujeres, inicialmente pueden provocar problemas de erección  en el hombre o problemas de excitación sexual en las mujeres, pero,  a largo plazo, acaban  afectando todas las fases de la respuesta sexual y en muchos casos evitando las relaciones sexuales y generando problemas de pareja.

En este artículo estamos hablando de ejercicio físico, deporte habitual, como un estilo de vida saludable, adaptado a cada persona y a cada momento vital, insisto en ello, porque como casi todo los excesos nos perjudican.

El deporte también puede afectar negativamente a la vida sexual si nos pasamos. En las consultas de sexología, en ocasiones, nos encontramos pacientes  con problemas por bajo  deseo sexual pero que en cambio, realizan deporte periódicamente y con cierta intensidad. Sin caer en generalizaciones, acostumbran a ser pacientes con rasgos de personalidad exigente, auto perfeccionista y con algunos tintes obsesivos. A este tipo de pacientes el ejercicio físico les calma, les hace desconectar y estimula la liberación de dopamina a nivel cerebral. Se trata de personas que en ocasiones no son conscientes de la importancia que tiene la conexión con su pareja y creen estar bien, pese al síntoma de alarma de que hay un problema en la relación que es la disminución de la libido y la baja frecuencia de la actividad sexual.

Es una cuestión de agotamiento físico. Cuando le dedicas mucho tiempo a una cosa, ya sea el deporte, el trabajo o cualquier hobby, dejas de pensar en otras. Para desear hay que pensar en el sexo y ser receptivo a los estímulos que lo provocan.

¿Y cómo afecta la actividad sexual  al rendimiento físico?. Creo que ya está bastante superada la creencia  de que el sexo debilita o resta energía. Esto se ha demostrado que no es necesariamente cierto, ya que el desgaste energético que produce la actividad sexual  se contrarresta sin problemas, si  se ha descansado y se ha alimentado correctamente, el sexo antes de competir puede resultar incluso beneficioso. El sexo nos relaja a todos, baja la ansiedad y aumenta la sensación de confort y la Seguridad.

La falsa creencia de que el sexo es malo para el rendimiento deportivo no está motivada por la propia actividad sexual, sino más bien por situaciones que algunas personas asocian al sexo, como la búsqueda de pareja o el consumo  de alcohol, tabaco y otras sustancias

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