Los hombres, ¿saben qué hacer para conseguir que las mujeres tengan orgasmos?
Esta, es una de las preguntas sobre las que reflexionamos el sábado pasado en el programa “El suplement” de Catalunya Radio.
Tema interesante, controvertido y sin todas las respuestas.
Dos elementos me parecen fundamentales: Pasión y habilidades eróticas.
Y varias preguntas de nuevo:
¿Las habilidades eróticas suplen a la pasión?
¿Sin pasión no funcionan las habilidades eróticas?
¿Pasión y/o habilidades eróticas, cuál debe ser la relación?
Identifiquemos algunos de los factores implicados:
Cuerpo, mente, aprendizajes, experiencias, habilidades eróticas, motivación, pasión, placer… de uno y de otro.
Las habilidades eróticas sin duda son importantes en la consecución del placer sexual, pero siendo importantes, no son suficientes para disfrutar del placer erótico, porque la sexualidad es mucho más que instinto, es un rompecabezas donde el instinto es importante, pero también lo son las emociones y los pensamientos.
Disfrutar del placer sexual implica interiorizar que tenemos derecho al placer, que es una parte fundamental de la persona, que nos comunicamos de forma sexuada y sexual, que está en nuestras actitudes, creencias, actividades, prácticas, roles y relaciones…, que activa nuestro sistema de recompensa natural.
Implica también aprendizaje del funcionamiento de nuestro cuerpo e implica, también, ponerlo en funcionamiento.
En definitiva darle valor (o ponerlo en valor), estar informado y practicar.
En cuanto a la pasión ¿siempre es necesaria? ¿Qué lugar ocupa?
La pasión en el ser humano es el motor de la vida, la pasión implica motivación, descubrimiento, aprendizaje, contagio a los otros, liderazgo.
La pasión es un elemento que se incorpora a la vida en los diferentes aspectos, o es muy difícil que exista solamente en uno.
Hay momentos en la vida que somos más o menos pasionales, y eso ocurre en la mayoría de las personas, y puede ser por múltiples motivos. La depresión puede ser la antítesis de la pasión.
Hay pocas personas que no se apasionen con nada. Lo que ocurre es que a veces bloquean las expresiones de la pasión y, el hecho de no demostrarlas, las acaba extinguiendo.
Una persona puede aprender a apasionarse, tiene que ver con los refuerzos positivos y la conciencia de ellos. La pasión es contagiosa y un motor fundamental de vida y optimismo.
A veces la pasión se compara de forma errónea con la compulsión, adicción o dependencia, pero entonces la pasión no es motivadora ni genera bienestar. En este caso puede generar en un primer momento placer, pero luego desencadena culpa y frustración.
En las relaciones de pareja la pasión es importante, tanto la sexual como la emocional, evidentemente hay diferentes grados dependiendo del momento en que se encuentra la pareja y dependiendo de la situación.
Lo deseable es ser capaz de sentirla y también propiciarla: aquellas épocas de re enamoramiento con tu pareja, aquellos momentos buscados de sólo los dos, aquel juego erótico íntimo, aquel proyecto común que apasiona a los dos, del que se busca hablar y que apasiona…son maneras de revitalizar la pasión.
Si la pasión ha existido entre la pareja y no hay mala relación, con motivación y ganas se puede reactivar y reavivar, lo que ocurre es que normalmente la pasión, se entiende como “pulsión”, arrebato, un pico… no cómo un continuum.
Pero posiblemente las personas apasionadas por la vida sean las más pasionales en su vida sexual.
Posiblemente se ha mitificado la pasión en las relaciones. Los picos de apasionamiento, son un subidón: endorfinas, dopamina… pero no podemos estar siempre en este estado, nos perderíamos otros como el sosiego, la tranquilidad, el silencio…. Y no valoraríamos los momentos
A partir de aquí podemos conseguir mejorar nuestras habilidades sexuales y eróticas.
A la pregunta que nos planteamos ¿Los hombres saben qué hacer para conseguir que las mujeres tengan orgasmos?
Podríamos responder que todavía muchas mujeres no saben llegar al orgasmo ellas mismas, que todavía hay muchas lagunas de desconocimiento raíz de la sexualidad femenina, desde la parte más anatómica y fisiológica hasta la parte más de fantasías o sensaciones.
Tenemos dudas acerca de si existe o no el punto G, sobre que quiere decir eyaculación femenina, sobre la relación que existe entre la excitación sexual mental y la genital o, incluso, de si las mujeres tienen dos tipos de orgasmo…
Por lo tanto las mujeres estamos aprendiendo cómo funciona nuestra sexualidad. Los hombres también, aunque no sean tan conscientes.
¿Puede ser porque la sexualidad femenina está rodeada de una nube de misterio (yo diría desconocimiento), que parece que sea mucho más complicada de lo que es? ¿ Puede que esta cuestión genere inseguridad en hombres y mujeres, y en algunas ocasiones expectativas totalmente irreales?
Son muchas las mujeres que no se conocen ni saben lo que les gusta y lo que no, y son muchas las personas que se dejan llevar y esperan el momento para saber que quieren y cómo.
La interacción sexual y el placer es un intercambio dinámico que debe adaptarse a las necesidades y experimentación del momento.
El placer sexual es mucho más que un orgasmo, un orgasmo es un momento, el placer es un «estado«.
Tienes un orgasmo si lo quieres ya veces lo quieres y no lo tienes.
¿Aprender a hacer orgasmos al otro, o compartir placer?
Las habilidades eróticas implican conocimiento corporal, conocimiento funcional, capacidad para darse permiso para sentir, compartir intimidad y complicidad y favorecer que la otra persona se sienta.
Seducción, plasticidad, juego, explorar, dar y recibir (el desequilibrio no funciona), clítoris, vagina, pecho, ojos, labios, espalda, cabeza, pies….
Con estas habilidades eróticas las personas tienen muchas posibilidades de dar y recibir placer y/u orgasmos.
Dra. Francisca Molero